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CHILE

Bibliolancha

De libros y gestión cultural sobre el mar de Chiloé

Paula Campos C.

“Conectar parte de la isla a través de los libros”, ese fue uno de los objetivos con los que nació Bibliolancha en 1995.  Primero, al alero de una lancha municipal, casi treinta años después, la labor sigue adelante, hoy en una embarcación propia. Sueño cumplido para María Teolinda Higueras, su creadora. 

Así parte contando la historia Francisco Díaz, hijo de Teolinda, hoy gestor cultural a cargo de Bibliolancha. Recuerda los años cuando su mamá, directora entonces de la Biblioteca Municipal de Quemchi, se iba a navegar para llevar libros a las escuelas rurales a las que solo se podía acceder por mar. 

Fotografía de Bibliolancha

“Siempre nos preguntan qué significaba para nosotros que nuestra mamá hiciera esto, pero en ese momento no lo entendíamos, así que nos daba pena, porque nos quedábamos al cuidado de familiares mientras ella trabajaba. Ahora sí sabemos qué significó para muchas personas su trabajo, por eso con mi hermano Sebastián (Capitán de Bibliolancha) ahora llevamos adelante este sueño”. 



Las cosas ya no son como veinte años atrás, nos explica. “Para nosotros, los isleños, la llegada de los CRA (Centro de Recursos para el Aprendizaje) cambió nuestra relación con las bibliotecas. Ahora, las escuelas tienen libros, lo que necesitan es darles vida, por eso ya no somos un transporte de libros, sino gestores culturales que llevamos cuentos e historias a las localidades aledañas”. Así junto a Catalina Castillo (su pareja y encargada de Fomento Lector del proyecto) montan espacios de cuenta cuentos, para trabajar desde la mediación lectora.

“Constanza Mekis hizo mucho por las bibliotecas escolares. El desafío que hoy tenemos es darles vida. Queremos que los niños y niñas vivan esas historias y no sean libros guardados en una linda estantería”, dice Francisco.

Geestión cultural- Fotografía Bibliolancha
María Teolinda Higueras - Fotografía Premio Mujer Impacta

La historia de Bibliolancha

Era 1995 cuando Teolinda, en ese momento  Directora de la Biblioteca de Quemchi, empezó a viajar en la lancha municipal, llevando libros a los lugares apartados de la comuna. 

Del otro lado, en su ciudad, dejaba a sus dos hijos, para trasladar palabras e historias a los niños y niñas que no tenían acceso a ellos. 

Su sueño: ser un aporte en el desarrollo cultural de la comuna de Quemchi y demás territorios del Archipiélago de Chiloé para contribuir a la participación artístico-cultural, identidad territorial e inclusión social de sus comunidades, algo que desde 2018 empezó a tornarse más real. 

Ese año, por medio de una donación, Teolinda consiguió la anhelada lancha propia, que lleva por nombre “Felipe Navegante”, mide 15 metros y tiene capacidad para 32 personas. El programa, junto a la lancha, se traspasó a la Agrupación cultural y social Artesana Otilia Yáñez. Luego, en 2018 y tras firmar un convenio con el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, el programa Bibliolancha pasó a formar parte de la red de Bibliomóviles de Chile, adquirió material bibliográfico con diversidad y gran variedad de temas y títulos para los diferentes gustos de sus usuarios.

En la actualidad, Teolinda es concejala de su comuna. Además, ha sido reconocida nacionalmente por el trabajo que ha desempeñado por décadas. Hoy, Bibliolancha sigue liderado por ella que, de la mano de un equipo compuesto por Catalina Castillo, Francisco Díaz y Sebastián Díaz, buscan no solo llegar a las islas de Quemchi sino que a los sectores insulares más alejados de las diez comunas que conforman el archipiélago de Chiloé. Algunos de los rincones que pueden llegar a ser de difícil acceso y que visita en Chiloé son Tac, Metahua, San José, Añihue, Mechuque, Voigue, Cheniao, Chauques y Butachauques, y tienen la esperanza de pronto poder cubrir las diez comunas de la Isla. 

El programa Bibliolancha Itinerante ha sido reconocido a nivel Nacional e Internacional y es pionero a nivel Latinoamericano. Desde 2022, trabajan con El Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC), cuyo propósito es aumentar las capacidades de sostenibilidad de las organizaciones que realizan intermediación cultural, en relación a la gestión, los recursos económicos y la asociatividad. En el marco de este programa, hoy el equipo impulsa la Escuela de Artesanos, además de Bibliolancha, ambas en la Isla de Chiloé.

Poetas bajo el mar

Poco a poco han ido fortaleciendo las redes con artistas y gestores de la zona y de otras latitudes. Por ejemplo, con la celebración de Poetas bajo el mar, actividad que por tercer año reúne a exponentes de este género, quienes sobre la Bibliolancha declaman mirando el mar. 

“Es importante articularnos, hacer cultura juntos”, nos cuenta, mientras recibe a bordo a sus invitados. Hombres y mujeres de diversas edades se juntan sobre la embarcación. Es hora de zarpar para dedicar una tarde a la acción poética.  El tema de este 2023 es el agua, el territorio y cómo cada uno de los invitados vive su relación con este. Aparecen lecturas rabiosas, apasionadas, contestatarias y rebeldes; aparece espacio para el amor, ese que se construye mirando el mar y para el desamor, que también pasa mirando las olas, sintiendo la sal.

Este encuentro se enmarca en las actividades que hoy realiza Bibliolancha. Entre ellas, encontramos “Recorridos visuales”, que los llevan por las escuelas de la zona para compartir libros, lecturas, actividades artísticas y culturales; “Fomento lector”, “Fomento a las artes” y “Fomento al patrimonio local de Chiloé”, este último es un espacio diseñado para que a través de diversas actividades se ponga en valor la identidad de los isleños.

Bibliolancha

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Paula Campos Concha

Periodista, diplomada en Periodismo Digital y Políticas Culturales desde el Territorio. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación escrita y radial. Hoy, devenida en sureña, trabaja desde su agencia de Desarrollo Sostenible integrando la cultura, las artes y el patrimonio en programas de impacto territorial.

Teolinda, creadora de Bibliolancha
Interior de la Bibliolancha

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