
Si los árboles hablaran, ¿Cuántas historias nos contarían?
EL MUNDO MIRA A CHILE
Bosque Chileno es la primera librería especializada en naturaleza chilena. La plataforma nació en 2021. De la mano de Hernán Retamales y Nicolás Morales, ambos ingenieros forestales, surge con la idea de difundir la ciencia ciudadana. A dos años de su funcionamiento, este e-commerce se ha convertido en un referente para quienes quieren conocer sobre el bosque chileno, su flora y fauna.
¿Por qué llegan a la idea de hacer Bosque Chileno?
Hernán: en su inicio quería ser una plataforma de difusión. Comenzó en 2021. Ahí empezamos a conversar sobre difundir ciencia ciudadana, y después, nos fuimos por los conocimientos de flora y fauna. Porque ahí vimos una deficiencia de un material que estaba siendo publicado, pero no comunicado de forma adecuada a la sociedad.
Comenzamos con una idea de poder contactarnos con autores independientes o que no tuvieran llegadas en el mainstream editorial chileno. ¿Por qué? Porque veíamos que en las grandes librerías, la selección de medioambiente siempre está escondida. Nosotros queríamos hacer justo lo contrario: poner a esos autores en una vitrina. Así nace esta vitrina de la literatura de naturaleza chilena.
Al principio, partimos con una página web que tenía un e-commerce bastante sencilla y que tuvo mucho éxito.
Luego, ampliamos el trabajo de difusión en redes sociales, donde no solo exponemos lo que vendíamos, sino que empezamos a crear contenidos que nos permitieron crecer rápidamente entre nuestras audiencias. Hicimos videos y mucho material audiovisual que permitieran mostrar la profundidad que existe en estos libros que, finalmente, nos vienen a mostrar parte de lo que somos.
Hoy, a dos años de eso, Bosque Chileno es una plataforma de difusión. Siempre estamos tratando de buscar nuevas formas de comunicarnos. Por ejemplo, abrimos una nueva línea, cursos cortos que hoy se disponen en nuestra web.
Nicolás: Nos dimos cuenta que más allá de ser una gran plataforma de lo que había, queríamos mostrar esos temas que no se mostraban. Por eso, empezamos a trabajar en nuestros propios productos editoriales. Así nace, por ejemplo, Árboles de Chile y también Mirtáceas en la flora silvestre de Chile, donde Hernán es autor.. Nosotros somos amantes de los libros, habíamos encontrado libros que contaban de los árboles del mundo, pero no había uno que hablara de nuestro país. Por eso, decidimos hacerlo.
¿Cómo sienten que sus intereses conversan con los de las audiencias?
Nos hemos dado cuenta que hemos tenido aciertos y desaciertos. Lo que sabemos hoy, es que prefieren los productos hechos con cariño. De corte más artesanal. Ahí, el mundo independiente juega muy fuerte.
Estamos hablando de pequeños tirajes. Autores que sacan 100 o 200 copias. Nosotros tomamos ese material, adquirimos varios ejemplares y los ponemos en venta. Rápidamente, esos libros se venden y pedimos más. Entonces, también eso incentiva a hacer más tirajes.
Por ejemplo, eso nos ha pasado con los libros de la editorial Ilustra Verde (Valparaíso). Libros accesibles, que son hechos prácticamente a mano y que a nuestra audiencia le han encantado.
En el fondo, sentimos que existe una buena retroalimentación con nuestros productos, también. Ha conversado bien la demanda con la oferta. Cuando nos hemos desviado de nuestro foco, que es mostrar la flora y fauna nativa de Chile, no nos ha ido tan bien . Por ejemplo, con temas como el reciclaje o vida sustentable. En el fondo, nos hemos ido dando cuenta que desde la distribución de libros que hablen de nuestro bosque y desierto, podemos ser un agente de protección, porque conocer nuestra diversidad nos convierte en eso.
Acá en Chile falta mucho, pero hay países, como Australia donde se destina el 1% del PIB para investigar flora y fauna. Eso es mucho más de lo que acá se hace. Estamos lejos de ese lugar, pero hay pasos previos, como programas de conocimiento sobre las especies que habitan el país. Nosotros tampoco sabemos de nuestras especies. ¿Sabemos cuánta es la camada de un pudú?, o ¿la fecha en la que se reproducen los chucaos?… bueno, en Australia saben sobre los koalas. Nadie en el mundo sabe tanto como ellos.
Por eso trabajamos, por ser esa plataforma de difusión omnicanal que permita transmitir estos conocimientos.
Igual hay temáticas ganadoras. Por ejemplo, las aves o la fauna, en general. Sobre la flora, hemos podido ir avanzando en las temáticas más importantes, por ejemplo, los hongos. Ha sido interesante alejarnos un poco de las ciencias, mirarlas desde afuera, porque lo que queremos es llevar esa información científica, pero a un público general. Buscamos que ese conocimiento esté en las casas de las personas.
En ese contexto, han hecho un trabajo de construcción de audiencias, también…
Hernán: ¡Claro! Construir audiencias. Al principio no existían. Hoy están en desarrollo. Es una audiencia que se construye poco a poco. Aún estamos afinando bien. Por ejemplo, hasta dónde llega nuestro catálogo. Partimos con nativos, pero las abejas, que no lo son, son de interés ciudadano. Eso nos ha permitido abrirnos a ellas, a tener libros y productos que cuenten de ellas y la polinización.
Nicolás: La audiencia existe, pero estaba difuminada. Creo que al rubro también lo ha ayudado mucho el tema del Cambio Climático, porque hoy es algo que importa. La naturaleza está en peligro y la gente sabe que no podemos seguir llevando la vida que llevamos hoy, la forma de producir que existe. Eso despertó un interés natural. Bosque Chileno permitió que las personas ampliaran un mundo que existía y que nos permite conocer más de lo que somos. Pudimos lograr centralizar en un lugar todo el conocimiento nativo.
Y hablando de centralización (des), ¿qué pasa con las diferencias que se viven en regiones sobre producción y distribución del conocimiento?
Hernán: En Chile, existe una centralización que incluye a la literatura. Lo que puedo decir es que de nuestra audiencia, la mitad son de regiones. Tanto en distribución como en el consumo de información.
Pero seguimos trabajando en descentralizar aún más. Por ejemplo, con el Cerro Poqui, con quienes tenemos una alianza, No siempre es fácil por los presupuestos acotados de las regiones o por la ausencia de canales efectivos de comunicación, pero queremos poder extender nuestros productos a regiones de forma más eficiente.
Nicolás: De forma inversa, y que tiene que ver con las audiencias, estamos súper abiertos a que los emprendedores vengan y podamos, desde acá, mostrar también sus trabajos. Ese es el centro. Mientras más conocidos nos hacemos, más alianzas tenemos.
Y para el mundo de la LIJ, ¿qué opciones existen en Bosque Chileno?
Hernán: Afortunadamente existen editoriales como Amanuta que se dedican a este tema. Ahí tenemos gran parte cubierto. También existen otros editores o influencers a quienes vamos tomando para nutrir nuestro catálogo infantil. Porque si quieres dar a conocer sobre naturaleza, cómo no hacerlo con los niños.
Nicolás: Sin ir más lejos, como editorial, nuestro tercer proyecto es el Memorice del bosque, un juego que busca acercar a la pequeña infancia a esos temas, entrando a este mundo de la flora y fauna a través de piezas que pueden disfrutar en familia.
¿Qué palabra nos regalan?
Nicolás: Semilla. Queremos sembrar una semilla donde pueda germinar. Parte de eso es que con cada venta que hacemos, enviamos semillas de árboles nativos. Sembrar semillas reales, pero también de conocimiento.
Hernán: Conservación. Es muy importante valorar el recurso biológico que tiene Chile. Es importante que todas las personas, aunque sean acciones de tipo blanda, hagamos nuestra parte de conservación para contribuir. Porque hoy es urgente hacerlo.
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Paula es periodista. Actualmente, vive en Puerto Octay. Su trayectoria ha estado principalmente vinculada al mundo radial y al periodismo cultural. Hoy, desde Volcano, trabaja acercando contenidos del sur de Chile al resto del país.
Nicolás Morales y Hernán Retamales son amigos desde 2004. Este par de ingenieros forestales de la Universidad de Chile han seguido caminando por la ruta de descubrir y conocer nuestra flora y fauna nativa.
En 2022 lanzaron el libro Árboles de Chile, el registro más completo de árboles nativos de nuestro país, que incluye más de 120 especies con sus aspectos taxonómicos y ecológicos
Por definición, es la designación atribuida a una de las familias de angiospermas, es decir, plantas con flor.
Las mirtáceas chilenas comprenden 28 especies. Entre ellas, algunas tan conocidas como el meli, arrayán, la luma, murtilla o lemu. La mayoría de las especies son endémicas y están en algún grado de conservación, debido a sus acotadas distribuciones y frágiles hábitats. Las mirtáceas son parte clave de los bosques, matorrales y turberas de Chile, tanto por ser parte de las dinámicas ecológicas de esos ambientes y por su abundancia en muchos de ellos.
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