
Cecilia Pisos. Poesía para la infancia
EL MUNDO EXPLORA A Latinoamérica
Probablemente el nombre Marisol Misenta no llame la atención de inmediato y no sea hasta que se le refiera como ISOL que se vengan a la mente un vasto repertorio de títulos e imágenes emblemáticos de la ilustradora-autora.
Nacida en Buenos Aires, ciudad en donde aún reside, Isol es conocida por su estilo distintivo de ilustraciones y su imaginario narrativo. A lo largo de su carrera, Isol ha trabajado en numerosos libros ilustrados de su propia autoría, así como también ha participado en diversas colaboraciones en el trabajo de autores que incluyen a Julio Cortázar y Paul Auster.
Su trabajo ha sido publicado ampliamente en Latinoamérica y también ha sido traducido a diversos idiomas. Su estilo característico y habilidad para lidiar con temas que complejizan la infancia han recibido el elogio desde el público y la crítica, adjudicándose reconocimientos como en el catálogo White Ravens y, de manera más prominente, el Astrid Lindgren Award en 2013, convirtiéndose en la primera artista latinoamericana en adjudicárselo. Sin embargo, su mayor contribución al campo de la ilustración y la literatura infantil ha sido proporcionar textos que conmueven al lector infantil y que lo interpelan de manera directa, además de navegar variados temas y personajes que logran que su repertorio sea versátil.
Conversamos con Isol acerca de experiencias significativas de lectura, algunos de sus libros y personajes. Dejamos con ustedes a Isol.
Tu obra se ha expandido ampliamente por Latinoamérica. ¿Crees que tus libros responden a un imaginario lationamericano (desde el lenguaje, temática, colores, formato, etc.) o más bien funcionan desde la universalidad del arte?
Creo que lo que cada creadora hace tiene un color que viene de su entorno, de las experiencias, y lo que a cada una le llama la atención es a partir de lo que tuvo cerca. En mis libros hay mucho de lo que es el humor gráfico y la historieta argentina (Quino, Fontanarrosa, Maitena, Liniers…). También un gusto por lo absurdo y el uso de la palabra de un modo coloquial y desacartonado, como lo trabajó María Elena Walsh y poetas como Girondo o el querido Julio Cortázar.
También siento que está la influencia de autores ingleses como Lewis Carroll o franceses como los poetas surrealista y dadaístas, que devoré en mi adolescencia. Mi uso del color, que son paletas bastante acotadas, no muy brillantes, tal vez tiene que ver con los libros que miraba de niña y una zona un poco más melancólica de mi persona, que además permite que una nota de color más vivo resalte en el paisaje más suave. Busco contrastes con la línea negra y no perder fuerza expresiva de la línea; esto tiene que ver con mis estudios de bellas artes, mi gusto por los pintores informalistas y expresionistas (en su mayoría europeos), pero también con ilustradores argentinos maravillosos como Hermenegildo Sábat, Carlos Nine, Alberto Breccia, Ayax Barnes… quienes además de ser grandes dibujantes eran expertos narradores gráficos y muy experimentales.
Entonces, yo en realidad creo que lo que hago tiene muchas influencias de cosas muy interesantes, pasadas por mi mirada argentina y latina. Pero esa identidad, quizás, es más clara para el que no es de aquí que para mí misma, ya que me es difícil enmarcarlo en un movimiento o estética específica y también me gusta que mis libros puedan moverse por muchos territorios. Sí creo que el humor es algo bastante identitario y que en nuestro continente quizá es más fácil reírnos de las mismas cosas, tomar algunas posiciones no tan rígidas con respecto a la realidad, es un continente que tiene mucho movimiento social y político, donde nos cuestionamos todo el tiempo. Mis personajes son muy cuestionadores también.
En el año 2013 ganaste el Astrid Lindgren, ¿qué importancia suponen estos reconocimientos?
El Premio ALMA fue una locura para mí, algo muy enorme y que aún no lo creo por momentos: el que mis libros hayan estado en ese lugar y momento, ante un jurado que quiso premiarlos y valorar así mi trabajo. El premio me dio mucha más visibilidad internacional como creadora y mis libros se mueven mejor por el mundo.
Creo que eso es lo que la gente de ALMA quiere: que se conozcan a los premiados fuera de sus países, ellos dicen que el premio es «un regalo para el mundo», ya que piensan que la buena literatura para niños es algo muy importante en la vida de las personas. Entonces para mí fue algo maravilloso entrar en esa lista y también conocer mejor a Astrid Lindgren. Ella rompió un montón de esquemas rígidos de lo que es un libro para niños, trayendo vida y situaciones que están relacionadas con las pulsiones infantiles y no con lo que los adultos a veces deseamos que los niños sean. Es un gran espaldarazo a mi trabajo, siento que ese galardón dice que nuestro trabajo merece ser valorado y también tomado en serio, hacer libros para niños no es algo menor, no hay que darle libros chatarra a nuestros niños.
¿Qué experiencia(s) lectora(s) con niños recuerdas como particularmente significativa? Me acuerdo, por ejemplo, de Sendak que siempre contaba la anécdota de un niño que amó tanto uno de sus dibujos que se lo comió. ¿Has tenido alguna experiencia que te haya quedado grabada de manera permanente?
Creo que la experiencia de leer libros con niños es algo bastante íntimo. Muchos de los niños, cuando los encuentro, se ponen muy muy tímidos y me dan cartitas que han escrito previamente, muy cariñosas, que guardo siempre. Son sus padres o maestros los que me cuentan qué pasó con el libro y me parece muy lógico, ya que esos niños a mí no me conocen, si no que se relacionan con mis libros y sus personajes íntimamente.
Una de las anécdotas que más me gusta es la de un papá que me contó que su hija le dijo: «Yo quiero ser como Isol: ¡No tener límites!». Eso lo dice por mi manera de colorear, que se va de los límites de la línea. Me parece una hermosa metáfora de la libertad del arte: salirse de los límites. Por eso también creo que la forma de ilustrar también comunica e inspira, mi línea viene de Bellas Artes y mis héroes eran artistas que salieron de lo convencional y que jugaban mucho con su costado experimental e infantil.
En relación a la pregunta anterior, ¿has tenido alguna experiencia lectora significativa con adultos? Pienso en El Menino, por ejemplo, que de seguro resuena con madres y padres.
Bueno, hay algo que sucede mucho con Tener un patito es útil, y es que con cualquier público funciona, en el sentido de hacer reír y reaccionar a los adultos tanto o más que a los niños. Cuando los grandes ven que el libro vuelve a empezar con otro texto, se sorprenden mucho de haber sido «engañados» de alguna forma y la risa es la liberación de ese saber que nos quita sorpresa. Se me acercan muchas maestras/maestros, psicólogas de niños, a contarme que mis libros se usan mucho en sus consultorios y me dan muchas ganas de saber qué pasa con ellos. Me encanta porque si conectan con los niños, hay algo de esa inquietud o sentimiento que me llevó a hacerlos que es real y que conecta con los demás. Además, casi todos los protagonistas de mis libros son niños, pero también son parte de mí, de la niña que fui y de la adulta que como artista se sigue preguntando cosas sobre el mundo maravilloso en que vivimos.
Como digo en El Menino, esa niña está ahí y también en los demás adultos eso vuelve, al ponerse a mirar desde un lugar de juego, curiosidad y entrega al cuento… Un amigo me ha dicho que mis libros, especialmente El Menino o Imposible, son una nueva categoría de «Libros infantiles para padres». Yo siempre me sorprendo de lo que pasa con los libros, no tengo una idea bien clara de para quién serán… quizás porque yo también leía libros variados en mi infancia.
En tus dibujos aparecen muchas niñas (aunque no de manera exclusiva. ¡No podemos olvidar a Petit!), y también has dicho que quieres que tus personajes puedan ser cualquier nene. No puedo evitar preguntar si es que hay algo especialmente interesante en explorar a las niñas más que a los niños.
Mmm, tres de mis primeros libros fueron con protagonistas varones (Vida de perros, Intercambio cultural y Regalo sorpresa), pero depende de la historia. A veces la veo más posible para un niño o una niña… Tal vez las niñas tengan algo de ciertos miedos más míos de infancia, que mi hermano varón no pareció tener nunca (el miedo a no encajar, como en Secreto de familia, por ejemplo, o compararme con otras niñas, la idea de un «deber ser»).
Los niños son más físicos, en esos primeros libros, pero luego creo que se empezaron a mezclar un poco esas características. De hecho, en La costura no sabía si iba a ser un niño o una niña, pero al trabajar con el bordado de Palestina, que es una tradición femenina, me pareció más lógico que fueran tres generaciones de mujeres. Me parecen un poco más complejas las protagonistas femeninas, más pícaras y, tal vez, más maduras o responsables a veces con su parte buena y también lo abrumador de eso. Me gusta esa idea de romper un poco el modelo de la niña perfecta con una niña más parecida a la Alicia de Carroll, que analiza el mundo y ve sus partes absurdas, pero sin perder su ternura ni ocultar sus miedos. Trato de hacer un libro con un niño y luego el siguiente con una niña, pero bueno, el próximo también va a tener a una niña de protagonista porque ya hace mucho lo pensé así. Es cierto que me siento más cercana a la mente de una niña, pero de una niña que se parece a mí. Y a la vez me dan mucha ternura los niños varones, como Toribio, Petit o el niño de Piñatas. En general, mis personajes están un poco preocupados por entender algo, de su vida, de su identidad, de las cosas. Pero no dejan de ser niños y niñas.
Finalmente, ¿qué palabra nos regalas?
Maravilla
Cómo trabaja ISOL – https://www.youtube.com/watch?v=md6Thww1g0o
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Actualmente es estudiante de doctorado en la Universidad de Cambridge (Facultad de Educación), donde investiga cultura(s) premiada(s) y libros infantiles. Al mismo tiempo, tiene un proyecto autoetnográfico en el que profundiza en métodos de investigación creativos y exploro prácticas basadas en las artes, el afecto y la alegría como medios para democratizar el conocimiento.
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