
Una LIJ Feminista: Personajes Femeninos Poderosos
EL MUNDO EXPLORA A Latinoamérica
Desde el 14 de junio al 17 de junio, la literatura infantil y juvenil ha estado de fiesta. Cerramos cuatro días de encuentro dentro del marco de la Feria del Libro Infantil de Bolonia, el evento líder que reúne a los autores, ilustradores y editores más prominentes en el área. Esta feria, que usualmente se realiza en la ciudad italiana de Bolonia, y que recibe a visitantes de todo el mundo, ha tenido que migrar a una versión completamente online debido a la pandemia. Esto no ha impedido que se hayan llevado a cabo las distintas premiaciones de los esperados galardones: BolognaRagazzi, premio a la ilustración Fundación SM y el premio ARS IN FABULA para ilustradores emergentes. Por medio de su canal oficial de YouTube, los asistentes virtuales pueden acceder de manera gratuita a las premiaciones, conversatorios, exposiciones y entrevistas a los que usualmente sólo podrían asistir de manera presencial.
El pasado 26 de mayo se dieron a conocer los ganadores del premio BolognaRagazzi 2021, el cual destacó este año la categoría de poesía. Debido al prestigio y convocatoria de esta feria, ser reconocidos en ella resulta una gran celebración, no sólo para los creadores sino también para los territorios que las obras representan. Este año América Latina festejó junto al mexicano Adolfo Córdova la obtención del premio RagazziAward de poesía por su antología Cajita de Fósforos, ilustrada por el también mexicano Juan Palomino. De la mano de Ediciones Ekaré, esta selección poética reúne textos de 36 poetas provenientes de Iberoamérica, en los que se exponen distintas temáticas – o como diría el editor, sensibilidades – en torno a la infancia a través de poesía no rimada. Este último aspecto actuó como un punto de partida para Córdova, quien admite que una de sus motivaciones primordiales para esta selección fue expandir las concepciones poéticas dentro de la literatura infantil y juvenil (LIJ), la cual está usualmente anclada a la rima. Esto supone una problematización de las etiquetas encontradas en la LIJ, en donde el mundo adulto y el infantil son muchas veces vistos en oposición. Al respecto, Córdova expresa que su búsqueda fue también impulsada por la curiosidad que le produjo observar a poetas adultos despojándose de la rima y la métrica, lo que eventualmente se traspasó a los textos infantiles.
Además de la no-rima, el trabajo de selección consideró como criterio fundamental la presencia de una sensibilidad o una tensión que lograra suscitar el interés infantil. Esto se ve expresamente reflejado en la recopilación final, que incluye poemas de autores que no necesariamente escribían ‘‘para niños’’ pero cuyas obras son alusivas a la imaginación, el juego y la infancia. Tal es el caso de la chilena Gabriela Mistral, quien es incluida con su poema La Alondra, o el argentino Jorge Luis Borges con su Haiku 14. De esta manera, la antología se interesa más por lo que los textos suscitan que por las etiquetas, estructuras o cánones fijos. El repertorio poético contenido en Cajita de Fósforos incluye preguntas e invitaciones para repensar la poesía en la LIJ, traspasando la rima infantilizadora.
No sólo es la calidad y la profundidad de la selección lo que convierte este libro en merecedor de reconocimientos; el orden intencionado de los poemas junto con las ilustraciones amplían la experiencia lectora, expandiendo incluso el contenido de la lectura. Ordenarlos según cronología, tema o criterios geográficos puede parecer la decisión más intuitiva, no obstante este texto propone algo distinto y que consiste en iniciar un juego a través del relato, en donde los poemas son unidos según las imágenes que sugieren o cómo van creando una narrativa propia en conjunto. La vecindad de los poemas entonces no responde a ninguna otra lógica o cohesión más que asemejarse a fósforos encendiéndose, tal como lo explica Córdova al final de la selección: ‘‘Entre una y otra llama, una y otra voz’’.
Cajita de Fósforos releva voces poéticas latinoamericanas, proponiendo nuevas maneras de experimentar la poesía. Sin embargo, no es la única propuesta de la región reconocida en esta versión del BolognaRagazzi. La poeta chilena María José Ferrada recibió una mención por Niños, ilustrado por María Elena Valdez y publicado por Liberalia Ediciones. El libro es un gesto y un imaginario: Ferrada recopila los nombres de 34 niños ejecutados y desaparecidos durante la dictadura chilena, trae a la memoria a cada uno de ellos y sus nombres. Cada poema lleva como título el nombre de estos niños e imagina escenarios posibles en donde juegan y sueñan, sin mención alguna a ese destino que los llevó a conformar aquella lista de desaparecidos durante un difícil período histórico para Chile. Así, Niños es un recordatorio y un homenaje, una manera de dignificar estas infancias. Las ilustraciones que acompañan cada poema fueron descritas por el jurado como elegantes, expresando suficiente dramatismo y armonía que crea un gesto respetuoso hacia lo representado.
Estos dos reconocimientos nos traen a la memoria la tradición poética de Latinoamérica, al mismo tiempo que nos recuerdan la fuerza creadora existente en la región. Tenemos la fortuna de poseer una abundante herencia anclada en la palabra poética, la que se ha expandido y ha logrado habitar la imagen. Resulta interesante que estos dos exponentes de la región hayan sido reconocidos por sus obras de poesía ilustrada, las cuales resignifican las ya conocidas formas tradicionales de habitar la palabra y así transmitirla de manera renovada, pero con un poder que perdura en nuestra historia.
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Valentina Rivera B., Licenciada en Letras Inglesas, Profesora de Inglés, y Máster en Children’s Literature and Literacies, es colaboradora de Fundación Palabra.
Puedes visitar el canal oficial de la Feria en Youtube aquí.
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