EL MUNDO MIRA

CHILE

Lecturas de jóvenes

Una mirada desde el mundo editorial.

Valentina Rivera B.

Lectoras en la BILIJ

Hace unos meses atrás conversamos con dos integrantes del mundo Bookstagram y BookTok y reflexionamos sobre el lugar que ocupa la lectura entre los jóvenes. Allí dimos cuenta de cómo estas aplicaciones digitales se han convertido en un potente recurso para promover la lectura. Lo que resulta particularmente interesante de esto es que son los mismos miembros de la comunidad juvenil quienes realizan su contenido y recomiendan lecturas; es decir, no existe una figura adulta que actúa como mediador.

Hay una percepción que por mucho tiempo ha estado presente en esta discusión, y es que ‘‘los jóvenes no leen’’ o ‘‘no les gusta leer’’. Sin embargo, tal percepción ha sido ampliamente descartada. En los últimos años, los jóvenes (entendiéndose como joven a las personas de entre 15 y 21 años) han demostrado ser ávidos consumidores de la cultura del libro, lo que se ha reflejado en las redes sociales como ya comentamos, pero también en el mercado editorial. Nos hemos querido detener en cómo estos dos elementos se han comunicado entre sí para renovar la escena literaria juvenil.

Jóvenes participantes de Verano en Movimiento en la BILIJ

Sabemos que en Chile existen datos que evidencian que la población, en términos generales, no posiciona la lectura como una de sus principales actividades o fuente de diversión. Sin embargo, la encuesta de comportamiento lector del CNCA del año 2011 destaca que hay una presencia no menor del grupo joven de 15 a 24 años (31% del total de la muestra) que se considera como lector frecuente (CNCA, 2014).

Por su parte, las Encuestas de percepción de la lectura en estudiantes de 7º año básico a 4º año medio y en docentes de lengua y literatura (MINEDUC, 2021) explora en torno a la siguiente pregunta: ‘‘¿qué proponen leer los estudiantes de la generación Z? ¿Qué formatos utiliza para leer? ¿Cuáles son sus intereses?”.

Dentro de los resultados más llamativos se encuentran la preferencia por el terror y la acción por parte de los jóvenes, y su deseo de contar con lecturas entretenidas, breves e interesantes. Aunque el instrumento utilizado no indaga en qué es exactamente lo que es considerado entretenido o interesante, ante la pregunta ‘‘¿qué le pedirías a tus profesores respecto de la lectura?’’, los estudiantes responden mayoritariamente que les gustaría que estuviese relacionada con sus intereses. Esto da cuenta de la necesidad de contextualizar la lectura, la importancia de los mediadores en su rol de seleccionar y recomendar textos, y la sala de clases como un espacio que puede ser crucial para el fomento lector. En la encuesta se concluye que un elemento a destacar es la libertad para elegir lecturas y la discusión en torno a ella, para incentivar así la  imaginación y la emocionalidad (MINEDUC, 2019). Estos datos son valiosos en sí mismos, sin embargo continúan reafirmando nociones ya discutidas en el campo sobre la formación de lectores.

La mirada editorial

Para comenzar a comprender en profundidad qué es aquello que convierte una lectura en atractiva o entretenida para los jóvenes, nos parece que la mirada editorial es fundamental. Después de todo, comparte la responsabilidad de la oferta disponible y el acceso a ella. Sergio Tanhnuz, director de publicaciones generales de SM en Chile, hace un diagnóstico de lo que sucede con las lecturas juveniles en Chile y nos comenta que son las mujeres quienes notoriamente leen más. Tanhnuz considera que ha existido una inclinación hacia la fantasía que se mantiene hasta hoy, pero siempre con mucha presencia del romance. La lectora juvenil chilena, según Tanhnuz, lee mucho, es capaz de leer libros largos y se deja guiar por las tendencias de los influencers o bookstagrammers

Sergio Tanhnuz. Director de publicaciones generales de SM

En esa misma línea, el editor de SM también comenta que en la etapa de la adolescencia la diferencia en los intereses se hace mucho más notoria según el género de los lectores. En los grupos etáreos pequeños resulta más fácil agrupar las temáticas populares: desde los 4 años en adelante tienen que ver con los miedos, luego de los 7 años, son más atractivos los que tienen que ver con la familia – o figuras adultas como los profesores – pero dentro del humor. Entre los 10 y 12 años se manifiesta muy claramente una tendencia por el misterio, y de ahí en adelante el abanico de temas se amplía bastante. Al preguntarle por las líneas temáticas por las que han apostado, Tanhnuz cuenta que han mantenido apertura al respecto, pero que han optado preferentemente por temas que tienen que ver con el medioambiente, la diversidad y la inclusión. Sin embargo, reconoce que esto depende de las propuestas que reciban y de su calidad.

Para poder diagnosticar las tendencias que logran captar el interés del público juvenil, las redes sociales son un gran aliado. Tanhnuz admite que su influencia ha sido absoluta y que desde SM han implementado estrategias de difusión segmentada y han trabajo en conjunto con booktubers y bookstagrammers.

Ignacio Rebolledo. Editor del área infantil y juvenil de Editorial Planeta Chile

Esta percepción es compartida por Ignacio Rebolledo, editor del área juvenil e infantil de Planeta en Chile, quien profundiza en este fenómeno digital y explica que detrás del éxito de las redes sociales se encuentran lectores que antes solían leer más en solitud y que ahora han encontrado una comunidad con quien compartir. Rebolledo también hace hincapié en un elemento fundamental: las redes sociales han democratizado el acceso al conocimiento y a la publicación. En otras palabras, las plataformas digitales han  permitido que jóvenes escritores hayan captado el interés de casas editoriales, quienes en muchos casos han optado por publicarlos. De hecho, Ignacio es un ejemplo de ello, ya que en 2016 publicó su primer libro, teniendo 18 años. Ahora puedes verme fue publicado por Alfaguara I&J, luego de que Rebolledo ganara notoriedad haciendo reseñas de libros en YouTube. Al respecto, Rebolledo comenta que ahora existen más canales para encontrar esas voces juveniles, lo que hace que actualmente en Chile se esté escribiendo mucho. También reconoce que en el ámbito juvenil hay una competencia fuera de la cultura del libro, como lo son las plataformas de streaming, pero más allá de rivalizar con ellas, Rebolledo las considera como un insumo para identificar aquellas temáticas que están causando interés.

En ese aspecto, lo que Rebolledo identifica con claridad es que los intereses antes estaban mucho más marcados: cuando llegó Harry Potter, existió un boom por historias de niños que experimentaban algo mágico, luego con Crepúsculo llegó el auge de las historias de vampiros, hombres lobo y ángeles. A esto le sucedió la distopía, en donde surgieron historias como Juegos del hambre y Divergente. Ahora esto se ha diversificado, de la mano con la popularidad que los textos juveniles han presentado. Rebolledo indica que ‘‘los libros que más se venden  en Chile son juveniles y podemos ver libros de fantasía, con temáticas LGBT, y también algunos más reflexivos, pero son todos muy distintos entre sí’’. Un ejemplo comercialmente exitoso citado por él son los libros de la española Alice Keller, quien a sus 33 años ha publicado aproximadamente 15 novelas y que es una de las autoras más vendidas (y por ende, leídas) en nuestro país y en el mundo hispanoparlante.

La edad de la autora y sus personajes le hace a Ignacio reflexionar sobre la categoría de lo juvenil: ‘‘antes se delimitaba con claridad que hasta los 18 años era considerado juvenil, hasta esa edad uno andaba orgulloso de leer Crepúsculo. Pero hay personas en la comunidad de bookstagrammers – con quienes hemos trabajado también – que pueden tener hasta 30 años’’. De hecho, como Ignacio nos comentaba, en las historias de Keller los protagonistas no necesariamente son adolescentes de 16 o 17 años, sino que existe bastante variedad, con protagonistas que pueden tener 26 años, están empezando sus primeros trabajos o incluso divorciándose. Sin embargo, los lectores de 15 se interesan por esas historias de igual manera, lo que a Rebolledo le parece un indicio de que la noción de juventud ya no es tan acotada. Otra autora que menciona como ejemplo es Lily del Pilar, la joven chilena publicada por Planeta y que comenzó escribiendo sus historias en Wattpad. Todo esto nos lleva nuevamente a reflexionar sobre el poder de las redes sociales con respecto a las historias que logran hacer circular, fenómeno que se logra resumir en una frase que menciona Rebolledo: ‘‘son jóvenes escribiendo historias para jóvenes’’.

Esto nos lleva a mencionar otro fenómeno no menor que lleva ya un tiempo ocupando su lugar en las estanterías y por el cual editorial Planeta en particular ha apostado. Se trata de los textos escritos por influencers, personas que destacan en las redes sociales por producir un tipo específico de contenido, conectar con su seguidores y expresar sus opiniones en torno a distintos temas, los cuales son variados y van desde moda y estilos de vida a hobbies y tutoriales de cocina o de arte. Estos nuevos autores han aparecido a propósito del personaje que han construido en redes y, por lo tanto, estos nuevos tipos de textos se enfocan en la persona. Rebolledo destaca que Planeta ha apostado por personas que tengan un contenido que explotar: personas interesantes, auténticas y con posturas críticas frente al tema. Este criterio ha logrado que la editorial haya tenido éxitos comerciales, como la Guía para la vida de las amikas, escrito por María José Castro y Valeria Luna, y el Manual del adulto funcional escrito también por Castro. Este último es un libro testimonial de  “una chica que cuenta su experiencia, pero a través de ella también llegamos a conocer ciertos temas, como por ejemplo la educación financiera”,  afirma Ignacio.

Son varios los factores que se conjugan entre sí en el circuito del libro juvenil, siendo algunos más evidentes o predecibles que otros. Un análisis rápido nos permite concluir el valor que se encuentra en los textos juveniles producidos por los mismos jóvenes, los que son elegidos por exponer temas que genuinamente les interesan e inquietan. Otro  factor notorio es el conocimiento de las redes sociales como una herramienta más de fomento lector que no se puede obviar. Se han convertido en un nicho para recomendar, discutir, promocionar y crear nuevas voces que dan forma a las nuevas historias juveniles. Finalmente, quizás lo más claro de concluir es la rapidez con la que las tendencias juveniles cambian, lo que nos lleva a mediadores, profesores, promotores o simplemente entusiastas de la lectura a estar alerta e intentar seguirles el ritmo.

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Valentina Rivera B., Licenciada en Letras Inglesas, Profesora de Inglés, y Máster en Children’s Literature and Literacies, es colaboradora de Fundación Palabra.

…la rapidez con la que las tendencias juveniles cambian, lo que nos lleva a mediadores, profesores, promotores o simplemente entusiastas de la lectura a estar alerta e intentar seguirles el ritmo.

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