
Bosque chileno: la literatura de naturaleza chilena a un clic de distancia
EL MUNDO MIRA A CHILE
Hace unas semanas reflexionamos sobre la importancia de la música y las oportunidades que entrega para una experiencia cultural más completa. La música, como experiencia y disciplina, posee un lugar significativo en la vida humana. En la educación formal chilena, por ejemplo, y a pesar de tener menos presencia que otras asignaturas, la música tiene su debido espacio. De hecho, es considerada en el currículum desde la educación parvularia.
El currículum nacional considera desde la educación parvularia a la música como un lenguaje artístico con un ‘‘potencial simbólico, divergente y sensible que contribuyen a explicitar los múltiples significados que tienen las experiencias’’ (Bases Curriculares, 2018). Durante los años de escolaridad en Chile no sólo se espera la interpretación vocal e instrumental, sino que también se orienta hacia el estímulo a la reflexión, la experimentación, la creación, y la integración con otras áreas del conocimiento (Currículum Nacional, 2013).
Más allá de sus beneficios lingüísticos (asimilación de estructuras gramaticales, conciencia fonológica y ampliación de vocabulario, por ejemplo), la música y la lectura se vinculan estrechamente por inercia al tratarse de dos lenguajes que necesitan del sonido y del ritmo para comunicar: la música está presente en la palabra y viceversa. En los libros para infancias existe un amplio repertorio que exploran esta relación de manera juguetona en formato y estilo. Las rondas de Gabriela Mistral, por ejemplo, han sido un recurso significativo en la industria editorial nacional. Las más recientes publicaciones incluyen La ronda (ilustraciones de Isabel Hojas, Amanuta 2022), un libro cuyo formato físico literal forma una ronda mientras que sus ilustraciones incitan al canto y baile de este poema. Similarmente, este año se publicó Todo es ronda (ilustraciones de Pati Aguilera, Fondo de Cultura Económica) en donde las niñas ilustradas se toman de la mano para acompañar los versos de Mistral: ‘‘los ríos son rondas de niños/ jugando a encontrarse en el mar…/ Las olas son rondas de niñas/ jugando la Tierra a abrazar…’’.
Hay otros ejemplos contemporáneos que se alejan del repertorio latinoamericano tradicional, como Do Re Mi (Antonio Rubio y Óscar Villán, Kalandraka 2022), un excelente ejemplo de lo que se considera un libro multimodal. La doble página se compone de ilustraciones de aves, acompañadas de un texto rimado; en el lado izquierdo hay tres notas musicales distintas y en el derecho el verso con la rima, como en ‘‘Do Re Mi/ Vuela el colibrí’’. La particular creatividad recae en cómo se ilustran las notas musicales, mediante pequeños pájaros que son situados a modo de partitura (Figura 4). Así, el mensaje es explícito en lo que requiere de su lector: este libro debe ser cantado. Algo similar ocurre en los libros sonoros de Manivela, como Croares o Chin Chin Chin, los que sólo funcionan y pueden realmente ser experimentados mediante su sonoridad. La música no es accesoria, sino que se convierte en un elemento indispensable para hacer sentido de la experiencia lectora.
En BILIJ hemos implementado el programa NIDO, y puedes leer más sobre el proyecto aquí. Habiendo ya tenido sesiones de lectura, música y juego, las mediadoras del programa Francisca y Marcela nos recomiendan tres textos para vincular esas tres expresiones.
Este clásico texto ha sido utilizado en sesiones de lectura en jardines infantiles, tanto para niveles de sala cuna como niveles medios. Se han utilizado en estas sesiones dos títeres con paño lenci y algodón para acompañar la narración del libro: una oruga pequeña anclada a un guante negro y una más grande. Además, las mediadoras llevan frutas que utilizan para la narración en salas cuna y así tener una mayor cantidad de material concreto, mientras que en niveles medios el títere interactúa solamente con el libro y la canasta de frutas formaba parte del escenario lector.
2. Menudos Bichos, de Estrella Ortiz y Carmen Saldaña
Este texto ha sido utilizado para introducir la actividad de día sábado en BILIJ «Cuentos en movimiento». Allí, se invitó a niñas, niños y cuidadores a jugar y hacerse cosquillas entre familias siguiendo la lectura del cuento y realizando las formas de los bichitos con las manos.
3. Estaba la Rana, de Paloma Valdivia y Carles Ballesteros
Esta lectura también ha sido realizada en las actividades del día sábado en BILIJ, en el marco de «Cuentos y canciones tradicionales». La narración se realizó mediante técnica de cordel, cantando en conjunto con las familias participantes, invitando a realizar onomatopeyas de animales y seguir el ritmo. Una vez finalizada la lectura cantada, estudiantes en práctica de Pedagogía en Música nos acompañaron con guitarra e invitamos a cantar la canción completa siguiendo las ilustraciones que estaban en el cordel.
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Valentina Rivera B., Licenciada en Letras Inglesas, Profesora de Inglés, y Máster en Children’s Literature and Literacies, es colaboradora de Fundación Palabra.
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