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Latinoamérica

Túquiti: el megáfono de una LIJ uruguaya que crece

Paula Campos C.

Túquiti es un portal de literatura infantil y juvenil uruguayo. Nació desde el impulso, “la quijotada”, de Virginia Mórtola quien a través de esta plataforma “se propone compartir la llegada de nuevos libros, invitar a reflexionar, propiciar encuentros, conocer las ideas de escritores, ilustradores, mediadores, editores, y otros actores que hacen ronda en torno a la literatura infantil y juvenil”.

Imagen desde web

Tal como se describe en la plataforma web, el nombre Túquiti “nace de la onomatopeya de celebración usada en la bolita”, uno de los tantos juegos con que niños y niñas del traspasan de generación en generación.

“Túquiti podría ser, el sonido del encuentro con lo posible.

Recorrer este portal a su antojo, pero recomiendo investigar las secciones como navegantes intrépidos.

Quizá: ¡túquiti! , algo los toque y celebren el encuentro”, dice Virginia para empezar esta exploración.

Contenido

Túquiti nos acompaña con reseñas, un espacio donde Virginia cuenta sobre Literatura Infantil y Juvenil del Uruguay. Si bien, confiesa, tiene intenciones de que sea una plataforma más global, reconoce que por ahora se concentra en producción local, una que en los últimos años ha tomado fuerza de la mano de la ilustración. 

Además de las reseñas, encontramos una incipiente sección de entrevistas que pretende mostrar, más en profundidad, a personajes de la literatura uruguaya, como la conversación con el reconocido escritor, guionista y docente Federico Ivanier. 

Los invitados también están presentes. Es así como Túquiti cumple con su función de mostrar y dar a conocer a esa comunidad que se arma lenta, pero con fuerza, para demostrar que la Literatura Infantil y Juvenil es mucho más que “hacer libros para chicos”. 

Fotografía: Federico Ruiz Santesteban

Virginia Mórtola

Virginia es uruguaya. Psicoanalista de profesión, se encontró un día con un máster en Libros y Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde allí, nos cuenta, “parece que todo engranó. Mis búsquedas, mis abandonos de comunicación, de querer ir haciendo cosas que no juntaban, se unieron en el mundo de la LIJ”, desde allí, despegó: la motivación se volvió motor para armar la plataforma, pero también para convertirse en docente universitaria sobre esta materia, escritora y conductora radial. Además, para ser un agente activo de la difusión de la Literatura infantil y Juvenil en su país. 

Autora de Jardín ambulante (Criatura, 2021), Estrafalarius. Postales de una vida (Alfaguara, 2021),  Ema y las abejas (Syncreticpress, 2022), y otros títulos, hoy combina la formación con la difusión, sus dos objetivos en el mundo de la LIJ uruguaya.

¿Cómo partió esta inquietud?

No sabía que la LIJ era un ámbito de estudio para dedicarme. Hice muchas carreras antes de dedicarme a esto. Me formé como terapeuta infantil, pero había algo que me faltaba. Empecé a hacer talleres de escritura y, así llegué y descubrí el máster de la Autónoma de Barcelona.

Empecé a investigar de la gente que estaba en Uruguay y cómo se formaban. Me empezó a interesar este mundo. Hacer la maestría fue un antes y un después, porque en ese master confluyó todo lo que me gustaba, todo lo que había abandonado. Desde allí fue todo muy vertiginoso, porque muy pronto publiqué mi primera novela y empecé a trabajar en la Universidad Católica y, también en Escaramuza, una importante librería ubicada en el corazón de Montevideo en Uruguay (la favorita de la entrevistadora, pero eso, a nadie le importa en realidad).

Después de eso, me invitaron a participar de un espacio radial que se llama “No toquen nada” de radio Del Sol, que es el programa más escuchado en la mañana. 

Ahí me di cuenta que me interesaba mucho la formación, pero también la difusión. 

¿Y qué pasa en Uruguay en estos dos ámbitos? (Quise preguntarle, pero ella respondió antes de que hilara mi pregunta).

No hay formación, por eso yo empecé a los 40 y pico, porque antes de eso, no sabía que este era un campo de estudio. Hoy existe un colectivo “Migas de papel”, que lo lleva un montón de gente.

Sobre la difusión… así nació Túquiti. En un momento pensé: voy a hacer esta quijotada y me presenté a un llamado del Ministerio de Educación para armar el primer impulso. Me gané el concurso y tuve fondos para levantar la plataforma. Siempre digo que es mi trabajo de militancia, porque todo lo hago después de la consulta, que es mi trabajo oficial. 

Me encanta compartir las cosas que pienso. Por eso, la radio es un espacio al que siempre quiero ir. En cuanto al portal, empecé a escribir… cada espacio  de tiempo que tengo, le dedico horas a investigar y a escribir.

Me he encontrado con mucha gente interesada en este mundo y todas tenemos las mismas intenciones: difusión y formación. 

¿Qué buscan como colectivo?

Que en Uruguay se sepa claro que la Literatura Infantil y Juvenil no es una literatura menor. Es un campo de literatura específico, que se estudia, con gente que se especializa. Queremos que tenga el valor y el cuidado que merece.

La infancia son diez años, entonces lo mejor es ofrecer lo mejor que podemos. Si quieres ofrecer, tienes que conocer lo que existe y esa es una gran tarea. La difusión, los autores, el mundo…

Uruguay

¿Cómo está hoy la escena LIJ uruguaya?

En los últimos años los ilustradores han sido muy apoyados por el Ministerio de Cultura. Han viajado a formarse. Siento que es un momento muy fermental, porque hay ganas desde muchos lugares. Todos nos conocemos, entonces Túquiti quiere colaborar con esta corriente de dar estatus de validez y seriedad a la LIJ que hoy es de acá, pero queremos hacerlo también más internacionalmente. 

¿Qué temas han dotado de personalidad a la LIJ en Uruguay?

Previo a la década del ´80 era una literatura muy rural. Magdalena Helguera en El salto del sapo, hace una recopilación hasta ese momento.  Tiempo donde la ruralidad, los animales (humanizados y no) son parte central de la LIJ.

Desde 1989 en adelante se produce una corriente más coloquial, aparece el humor y la broma dirigida al niño. Una LIJ más urbana y nuevos autores como Ignacio Martínez, Virginia Browne… un universo de libros donde se destaca la narrativa. 

Más hacia el 2010-2015, otra camada de autores empiezan a producir mucha más obra con ilustraciones. La ilustración empieza a tener un papel más importante. Acá en Uruguay el libro álbum toma fuerza hace cuatro años atrás. Es una corriente que recién llega hace una década y que hoy es la bandera, la cara del país. Los autores de LIJ nacionales que viajan son los ilustradores. 

En la actualidad, lo que vemos, es que la propuesta literaria acompaña los movimientos que se producen en el resto del mundo: migraciones – muerte – vejez – naturaleza -cuidado de los animales – un auge de la reivindicación de la mujer y también una línea más panfletaria. Pero supongo que todo convive. 

El libro es un analizador de la sociedad, ahí está todo lo que los adultos le queremos transmitir a los niños de manera consciente.

¿Qué espacios de difusión existen?

Hace algunos años en la Biblioteca Nacional existía una propuesta de bebeteca. Se acabó por diferentes motivos. Pero hay un compromiso con la necesidad. Por ejemplo, Gabriela Mizo en Colonia construyó una biblioteca a pulmón, con el apoyo de la comunidad y colaboradores, ahora hay un espacio de referencia en ese lugar. 

Ruth Kauffman (también escritora) abrió otro espacio, donde hay una hospitalidad necesaria para la LIJ.

En Montevideo abrió Pájaro de Fuego, antes estaba Gato peludo que cerró hace como 5 años y ahora, su creadora, Natacha Ortega tiene Dragón Dorado, que es una experiencia itinerante. Hay bastante itinerancia en la movida. Por ejemplo, este colectivo, Migas de papel, se presenta en varios lugares durante el año.

En Montevideo pasan muchas cosas en El Castillo del Parque Rodó que es una iniciativa municipal. También se hacen cosas en el Jardín Botánico. 

Hoy existe apoyo de la Intendencia de Montevideo, también, porque la gente necesita, busca que pasen cosas. 

¿Qué viene en el calendario 23?

El 25 de noviembre tendremos un encuentro sobre el humor, donde conversaremos con invitados sobre diversos proyectos.

¿Qué palabras nos regalas?

Encuentro. Es importante generar lazos para intercambiar y potenciarnos. Darnos vida mutuamente. Mi palabra favorita es encuentro. 

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Paula Campos

Paula es periodista. Actualmente vive en el sur de Chile, desde donde combina sus dos pasiones profesionales: la radio y el periodismo cultural con enfoque territorial.

El Castillo del parque Rodó - Foto de la Intendencia de Montevideo
Libro de Virginia

¿Qué palabras nos regalas?

Encuentro. Es importante generar lazos para intercambiar y potenciarnos. Darnos vida mutuamente. Mi palabra favorita es encuentro. 

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